sábado, 26 de marzo de 2011

24 DE MARZO

Se cumplen 35 años desde que, por la vía dictatorial, se impuso un proyecto de reorganización del modelo de acumulación capitalista en la región. Convergiendo principalmente sectores empresariales, eclesiásticos, militares, y políticos.




A nivel internacional, las décadas de los 60 y 70 fueron el terreno histórico de nuevas expresiones de la lucha de clases. En la región dominada por el Estado argentino, la dictadura concretó la tarea -iniciada años antes- de aniquilar la resistencia de los explotados organizados, dejando el terreno libre para una nueva avanzada del Capital.



Reemplazada la junta militar, los gobiernos que administraron el Estado argentino dieron continuidad a este modelo económico y lo profundizaron. Esta nueva etapa capitalista, denominada neoliberalismo, no sólo tendría efectos económicos sino que penetraría en la vida cotidiana de la población, logrando imponer su propia forma de ver el mundo al proletariado: cada cual será de aquí en más un emprendedor que se hará exitoso compitiendo con sus pares para obtener beneficios materiales. El individualismo, el “no te metas”, la fragmentación social extrema, y lo privado antes que lo colectivo, condicionaron y favorecieron la implementación de aquellas políticas.



Hace 35 años nuestros hermanos debieron soportar un aparato unificado y aceitado, que formaba grupos de tareas, entraba en nuestras casas, nos torturaba, violaba, mataba e intentaba borrarnos de la historia. Hoy el mecanismo es otro, la clase dominante nos intenta pacificar, desorganizar, trata de impedir por todos los medios la formación de una conciencia combativa. Mata silenciosamente pobres en barrios con su policía y a manifestantes con sus grupos paramilitares de barrabravas y sindicalistas.

Las similaridades son estructurales y las diferencias, NO. Democracia y Dictadura se alternan histórica y geográficamente. Eso que parece tan simple y concreto es lo que la ideología democrática esconde permanentemente, para que Nunca Más el sistema de explotación capitalista sea cuestionado seriamente.



La represión no puede simplemente dejar de existir al interior de un mundo dividido en clases. No es capricho ni exceso, es parte del plan sistemático de la burguesía para reprimirnos. Un mundo en el que los medios de reproducción de la vida son propiedad de una minoría requiere una represión sin piedad, que castiga a quien se atreve y “educa” a quien podría atreverse.



Los desafíos están a la vista, sin la destrucción de esta sociedad de clases siempre habrá torturadores, criminales de Estado y milicos asesinos. ¡Asumamos el hecho de que sólo la revolución social liquidará para siempre el terrorismo de Estado, que militar o democrático es la dictadura del Capital en todos los países y rincones del mundo! Actuemos, en consecuencia, con un carácter enteramente internacionalista en esta lucha de siempre, la de los fusilados, de las encarceladas, de las desaparecidas, de los perseguidos en todo el mundo contra ese mismo enemigo: el capitalismo y su Estado.







¡CONTRA LA DICTADURA DEL CAPITAL!

NI VOTOS NI BOTAS… ¡REVOLUCION SOCIAL!









sábado, 12 de marzo de 2011

LLAMAS PATRIARCALES...

La conmemoración del 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora impulsado en 1910 en el congreso Internacional de Mujeres Socialistas por la militante Clara Zetkin evoca múltiples y ancestrales luchas de las mujeres por el respeto y reconocimiento a sus libertades y derechos.

Pero vale recordar que uno de los hitos fue la huelga que 1857 impulsaron las trabajadoras textiles en New York exigiendo la reducción de la jornada de labor.
Largas jornadas de hasta doce horas, en espacios infectos y con míseros salarios.
Las huelguistas padecieron una feroz represión policial y la decisión del propietario de una de las fábricas de incendiarla con las trabajadoras atrapadas en su interior.
Las cifras de feminicidios crecieron un 75% respecto al último año.
La sucesión de hechos de violencia de género se incrementó de modo exponencial y uno de los recursos de los feminicidas es incendiar a sus víctimas. El silenciamiento y la minimización de estos acontecimientos siniestros es un aval para estas conductas.
Esto muestra que más allá de los discursos, en la cruenta realidad continúa instalada una cultura patriarcal que considera a las mujeres como objetos y no como sujetos., pasibles de padecer cualquier oprobio.
Soslayada la subjetividad femenina, alienada y cosificada se abre un espectro de situaciones con previsibles y nefastas consecuencias.
Es preciso poner en evidencia estas cuestiones que en lo cotidiano muestran la persistencia de una ideología patriarcalista que tiende a deshumanizar y hacer del suplicio su divisa, perpetuando atávicos prejuicios.

El 8 de marzo Día internacional de la Mujer debería ser una evocación que estimule las conciencias adormecidas y anestesiadas y reafirme a las lúcidas para redoblar esfuerzos en el sentido de la sentencia del poeta J.Prevert: ¿algún día las personas serán de tamaño natural y nadie será humillado.?




TODOS LOS DIAS SON 8 DE MARZO!!!...